Nuestro tiempo

 

Antes de que el Universo hiciera su aparición

 

el tiempo, parece ser que no existía

 

se produjo la gran explosión

 

y a partir de ahí ya todo se expandía.

 

 

La materia y también la energía

 

comenzaron su evolución

 

en el espacio se movían

 

y con tiempo se producía su transformación

 

el cosmos se enfriaba con la expansión

 

y la materia se complicaba a la sazón

 

quarks, fotones y electrones

 

protones y neutrones

 

y la fuerza de la gravedad

 

junta las partículas materiales

 

y surgen los átomos de hidrógeno primordiales

 

que forman nebulosas con cierta estabilidad.

 

 

Y siguiendo la evolución espacio-temporal

 

hay nebulosas en proceso de contracción

 

que en un acto a modo de creación

 

se transforman en estrellas que iluminan el entorno sideral

 

y en su poderoso laboratorio interior

 

se fraguan diversos átomos de peso cada vez mayor

 

la gravedad sigue produciendo atracción

 

y los átomos en amorosa asociación

 

idean las moléculas. ¡nueva complicación!

 

 

Alrededor de estrellas adecuadas, que no son pocas

 

planetas giran con órbitas mas o menos elipsoidales

 

hechos de hielo, gas y roca

 

y algunos tienen seres vitales.

 

 

Y con estos niveles de emergencia:

 

energía, materia, vida, en temporal fluencia

 

puede surgir la inteligencia

 

como en los humanos, que se preguntan por su existencia.

 

 

Y el tiempo para ellos tiene un sentido especial

 

transcurre según el estado de su actividad neuronal

 

y según la edad de cada cual

 

¡Ay que ver con que rapidez

 

se puede pasar un año, pardiez!

 

Cuando somos niños el tiempo es dilatado

 

y cuando ya hemos madurado

 

da la impresión que los años se nos han escapado

 

y si estamos aburridos

 

el tiempo transcurre con lentitud

 

y en cambio se pasa con prontitud

 

cuando estamos entretenidos.

 

 

De todas formas, según Einstein y la relatividad

 

el tiempo depende del estado del observador

 

es decir, según sea su velocidad

 

será mayor o menor.

 

 

Y para algún que otro sesudo pensador

 

el tiempo solo es una ilusión

 

de nuestra mente, una falsa percepción

 

que nos causa, bien placer, bien dolor.

 

Así es que el dichoso tiempo no nos debe preocupar:

¡A sentir la vida y a disfrutar!

 

 

 

28 de julio de 2011