Vitalismo a discreción

 

 

Se me plantea una trascendental cuestión:
 
¿Qué edad sería adecuada para mi defunción?
 
Se supone que no me gusta esta vital terminación
 
pues hay un miedo innato a la desaparición.
 
Pero … si es saludable mi condición
 
y mi economía me permite alguna que otra satisfacción
 
no tengo inconveniente en una prolongación
 
de mi vida, con más años de experimentación
 
que enriquecerán mi conocimiento y percepción
 
de este mundo terrestre en constante transformación.
 
 
Además … siempre y cuando haya otra dimensión

este menda no tiene limitación 

ni prisa en atravesar tal rubicón;

dejemos actuar a la evolución 

que me prepara para esa transición 

y la sorpresa que me aguarda en mi nueva situación.
  
¡Viva mi persona más años con ilusión!

aprovechando cada momento y cada ocasión 

que esta vida me regala, como una bendición

y ahuyente todo pesimismo y depresión 

que socaba mi espíritu y es mi perdición.