Indignación

 

 

Con la crisis, nuestros políticos
 
se ven obligados a recortar:
 
Suben impuestos sin parar
 
y nuestros sueldos cada vez son más raquíticos.
 
 
El pueblo, la ciudadanía, es la más castigada;
 
nos dicen: Es la única solución
 
pero hay alternativas que son negadas
 
pues para ellos significa un revolcón.
 
 
 
Exigimos: Menos subvenciones,
 
menos autonómicas duplicaciones,
 
menos “paniaguados”, “pelotas” y chupones,
 
menos “chorizos”, caraduras y ladrones,
 
menos dietas y jugosas comisiones,
 
menos “enchufes” y vergonzosas colocaciones,
 
jueces apolíticos, profesionales y con dignidad,
 
ministros expertos y competentes en su actividad,
 
banqueros sin remuneraciones descomunales,
 
y que no presten dinero en campañas electorales,
 
políticos y sindicatos: A vivir de vuestros afiliados
 
y si no, se siente, daros por acabados,
 
un profundo cambio de la ley electoral,
 
listas abiertas, sistema más proporcional,
 
los pactos a priori, son mas clarificadores,
 
y son más serios de cara a los electores,
 
y si hace falta una segunda vuelta en las elecciones,
 
se realiza, como en muchas otras naciones.
 
 
 
Ya está bien de que, en España, manden las nacionalidades,
 
eso se arregla estableciendo adecuadas leyes electorales,
 
en esta nación sobran muchos cargos institucionales,
 
que se recorten a sí mismos dando muestra de ejemplo y generosidad:
 
Procuradores, asesores, diputados, senadores y concejales,
 
la gente se indigna con tanto parásito en esta sociedad,
 
y las autonomías son muy costosas y no son fundamentales
 
los demás países no las tienen y son mucho más funcionales,
 
y si a ciertos nacionalistas no les parece bien
 
pues que les den…
 
esto, lo sugiere, la Comunidad Europea, con “educación”
 
y en eso, “la vieja Europa” tiene más que razón,
 
pero, claro, los políticos autonómicos están “ricamente” acomodados
 
y no parecen dispuestos a perder sus puestos privilegiados
 
 
y es que “la carrera política” no debe de existir como tal
 
tiene que ser un servicio a la nación y temporal
 
y cuando se termine su servicial misión
 
a su antiguo trabajo, con orgullo y satisfacción.