AL INODORO

 

Cuando me despierto de mi dulce dormitar
corro al excusado, me entran ganas de evacuar,
apenas he salido de mi larga ensoñación
siento que me viene un súbito apretón
y hago mis necesidades, pues me pretendo aliviar…
me encamino al habitáculo
donde encuentro el inodoro
que con su receptáculo
recoge mis desechos con decoro;
y cuando acomodo mi tras
el, agradecido, suelta un gas
gas que es el preludio de lo mayor
que no sin cierto olor se hace paso sin pudor…
y de repente, cataclas, ya sale todo:
finalizado y relajado, ¡ya no me incomodo!
y cuando mi fisiología ya ha procedido
abandono el excusado, descansado y distendido,
siempre con cuidado en las postrimerías
pues mi cuerpo todavía se permite ciertas alegrías.
Bienvenido sea este práctico utensilio
que estratégicamente colocado en el domicilio
todos los días viene en nuestro auxilio;
loza blanca que con tu resistencia
aguantas nuestras variopintas posaderas
pilar de roca que con paciencia
recibes materiales de muy bajas raleas
que te ensucian y son harto olorosas
pero llegan unas aguas poderosas
que restablecen el orden de las cosas
aunque a veces alguna cosa no se ordena
y la escobilla realiza su faena.

Pero este invento tiene su historia,
revisémosla y hagamos memoria:
En principio fue un orinal,
la matula romana fue el invento original
y hasta el s. XVIII ha sido el asiento principal
y como nuestros antepasados no eran muy decorosos
a las calles echaban los desechos olorosos.
En las ruas había un hedor insoportable
pues los excrementos no eran movilizados
así es que la autoridad obligó al respetable
que evacuara en unos canales a propósito instalados.
Algo después, unas tinajas se utlilizaron
que en los ríos se vertieron y mucho contaminaron.
A finales del XIX se encontró una solución
el inglés Crapper mejoró la situación:
Sobre el retrete con su tapa previamente ideado
colocó una cisterna con agua de modo adecuado:
las inmundicias llegaban a los ríos mas diluidas
aunque a estas aguas seguían siendo vertidas;
pero además, en un alarde de invención
este personaje diseñó el sifón.
Solo este asunto realmente ha mejorado
cuando en las ciudades se ha instalado
el alcantarillado,
cuando el siglo XX ya estaba muy avanzado…
y aquí termina la historia
de este bien de la humanidad
en un afán sin pena ni gloria
para eliminar nuestra suciedad.

Y como estas rimas están hechas con mucho miramiento
tengo ahora la perversa tentación
de escribir sin ningún tipo de remordimiento
mierda, pedo, culo, pis y un gran cacón.

 

 

27 de abril de 2007