DEMOCRACIA REAL

 

 
En la antigua democracia griega, como es sabido,
el pueblo gobernaba más o menos la nación;
ha pasado el tiempo y el sistema se ha expandido
y como todo, ha tenido su evolución.
 
Los pueblos para ser gobernados con talante
necesitaban unos representantes
y de esta forma surgieron para bien y para mal,
los inefables partidos y su sistema electoral.
 
Lo que en un principio podría resultar
en este difícil arte del bien gobernar
ha ido poco a poco cayendo en degeneración
y ha surgido el abuso de poder y la corrupción.
 
Para poder adecuadamente encauzar
la tan traída y llevada voluntad popular
se ha descubierto que la mejor solución es votar:
 
“Una persona – un voto”, este es el lema
y así parece que funciona el sistema
y para convencer a los sufridos votantes
los políticos hacen campañas muy constantes:
 
En las primeras campañas electorales
abundaban carteles, mítines y actos sociales;
pero en estos tiempos inundados de información
pronto en su provecho utilizaron la televisión.
 
Y actualmente, de manera insistente
anteprecampañas, precampañas,
campañas y postcampañas
sufre el resignado televidente.
 
Además, nuestros actuales políticos
tienen una única preocupación
conseguir el máximo de votos
la “ley del voto” es su obsesión:
 
Puedo prometer y prometo
que os daré todo lo que necesitéis
y por consiguiente yo espero
que todos vosotros me votéis.
 
Y de esta manera y para nuestra desgracia
la prometedora y justa democracia
se ha convertido en la interesada partidocracia.
 
 Para regenerar nuestra maltrecha democracia
hay que cambiarla profundamente
pues a la gente no le hace ninguna gracia
que la manejen indecentemente.
 
Lo primero es la elaboración
de una nueva ley electoral
que de oportunidades a todos los partidos por igual
aunque haya muchos de ellos en competición.
 
El sistema será proporcional
y la mayoría absoluta se eliminará;
el partido con más votos conseguirá
gobernar, y se evitará el pacto postelectoral
y las aventuras nacionalistas por igual.
 
Todos tendrán la misma oportunidad en los medios de comunicación
y se financiarán con sus votantes
será una competencia justa y elegante
y así, el partido vencedor actuará con más eficacia y determinación.
 Para evitar paniaguados y aprovechados
listas abiertas votará el electorado;
 
Y un asunto fundamental
para eliminar las tentaciones de corrupción
es que el cargo sea obligatoriamente temporal
y después todos a su antiguo trabajo con orgullo y satisfacción;
y el patrimonio claro y transparente
antes y después de este cargo coyuntural
para evitar enriquecimientos improcedentes.
 
De manera que el político ha de entender
que es un servicio a su Patria, que va a hacer;
y como si se tratara de una oposición
entre todas las personas capacitadas para el cargo
un tribunal adecuado hará una selección
para escoger a los elegidos para un periodo no muy largo.
 
Y una regla económica se ha de seguir
la palabra endeudamiento no puede existir.
Se  construirá un cuerpo de leyes juicioso y adecuado
para que el pueblo, y no los políticos, sea beneficiado.
 
              Y la politización
no contaminará ninguna institución.
En una serie de asuntos trascendentes
para la buena marcha de la Nación
será obligatorio, no conveniente
el consenso político con juicio y resolución.
 
Si se siguen estos consejos con firme voluntad
nuestra Nación tendrá paz y prosperidad.
 
 

25 de mayo de 2011