CONCIERTOS 

 

Soneto al caramelo de concierto

Caramelos de conciertos
envueltos en su celofán
cerrados mejor que abiertos
mejor en las tiendas están

¡Ay! doñas Benildes, so irresponsables
viciosas de caramelos
que se hacen largos y duraderos
para tormento y zozobra del respetable
En la puerta del auditorio
hay que poner un detector
que descubra esos envoltorios
¡Ay! si nuestros compositores con su talento
contemplaran tan sonoro acontecimiento
¿compondrían para tan insólito instrumento?

¿Quién no ha deseado alguna vez un caramelo en un concierto?

Pues si que tienes razón
con esa intrépida observación:
A veces nos entra la tentación
de echar mano de tan sonoro instrumento
en un determinado momento
cuando es muy largo el acontecimiento
pero como somos respetuosos,
discretos y decorosos
no entorpecemos a los ejecutantes
de músicas tan extensas pero siempre emocionantes.


Los niños a los conciertos… ¡no!

Se ruega a los padres consentidores
con sus traviesas y sonoras criaturas
no los lleven a conciertos prolongados y de mayores
pues molestan al respetable con sus diabluras
Los retoños se aburren y con razón
¡Ay!, a estos progenitores hay que darles un toque de atención:
Lleven a sus niños al Conciertazo
que allí los infantes al ver a Don Fernando
disfrutan, ríen y agitan los brazos
y algo de la música se les va quedando….


La fisiología del respetable

En los conciertos de música clásica es inevitable
que se manifieste la fisiología del respetable.
Veamos, me voy a explicar;
todo tipo de ruidos orgánicos se dejan escuchar:
Entra dentro de lo normal y es hasta necesario
que entre tiempo y movimiento
el público se relaje en ese momento
con toses, bostezos y comentarios varios;
pero lo que no se debería consentir
es que durante la sonora ejecución
se oyeran ruidos ambientales ajenos a la musical actuación
en un continuo y molesto devenir.
ABSTENERSE: tosedores habituales
impertinentes estornudos ocasionales,
catarros y enfriamientos circunstanciales,
celofanes de caramelos banales,
señoras con sus cuchicheos y abanicos estivales…
Y cuando los pianos y pianísimos se escuchan en el local
un inoportuno móvil destaca sobre la obra musical.
Existe una obra para este público poco cortés:
se les recomienda que asistan a la audición de "cuatro treinta y tres".

 

 

9 de abril de 2007